VUELA COMO LAS ÁGUILAS

 

«Los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas» (Isaías. 40:31). 

 

«El águila es el ave de mayor longevidad de su especie; llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40 años, deberá tomar una seria y difícil decisión. A las cuatro décadas de vida sus uñas se vuelven apretadas y flexibles, sin conseguir tomar a sus presas con las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra su pecho, sus alas envejecen y se tornan pesadas y de plumas gruesas. Volar se le hace ya muy difícil. Entonces el águila tiene solamente dos alternativas: morir o enfrentar su doloso proceso de renovación, que durará 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después, al encontrarse en el lugar, el águila comienza a golpear con su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego de hacer esto, esperará el crecimiento de un nuevo pico con el que desprenderá una a una sus uñas talones. Cuando los nuevos talones comienzan a nacer, comenzara a desplumar sus plumas viejas. Finalmente, después de cinco meses muy duros, sale para el famoso vuelo de renovación que le dará 30 años más de vida». Así debe de ser el cristiano, dejar de mirar las cosas temporales y poner su mirada en las cosas celestiales. Apartarse del pecado y de la iniquidad y seguir las huellas de Jesús para tener una esperanza de vida eterna.

 

Confía en el Señor para que vueles como el águila, nos invita el versículo de hoy. ¿Por qué como el águila, esa ave que ha sido símbolo de tantos imperios a lo largo de la historia? Porque el vuelo del águila es poderoso, veloz, alto, seguro, confiado. Cuando el águila vuela en ascendente progreso hacia lo alto, va estando cada vez más por encima de las dificultades de abajo, y eso es lo que Dios quiere para nosotros: que, confiados en él, remontemos nuestro vuelo en ascendente progreso, cada día con más fuerzas, para superar las dificultades de aquí abajo y con la mirada puesta en las glorias de arriba, donde está el Padre de los cielos y Jesús, nuestro Salvador; podremos vencer toda prueba, tentación, dolor, enfermedad o aflicción porque hay Uno que venció en la cruz del Calvario, Jesús; y en este día quiere extenderte su brazo todopoderoso para que vueles sobre todos los problemas que tengas. 

 

Escribió Elena G. de White: «El águila de los Alpes es a veces arrojada por la tempestad a los estrechos desfiladeros de las montañas. Las nubes tormentosas rodean a esta poderosa ave silvestre y con su oscuro manto la separan de las asoleadas alturas donde ha construido su nido. Los esfuerzos que hace para escapar parecen infructuosos. Se precipita de aquí para allá, bate el aire con sus fuertes alas y despierta el eco de las montañas con sus gritos. Al fin se eleva con una nota de triunfo y, atravesando las nubes, se encuentra una vez más en la claridad solar, por encima de la oscuridad y la tormenta. Nosotros también podemos hallarnos rodeados de dificultades, desaliento y oscuridad. Nos rodean la desgracia, la calamidad y la injusticia. Hay nubes que no podemos disipar. Luchamos en vano con las circunstancias. Hay una vía de escape, y tan solo una. Las neblinas y brumas cubren la tierra; más allá de las nubes brilla la luz de Dios. Podemos elevarnos con las alas de la fe hasta la luz de su presencia» (La Educación, cap. 12, p. 105).

 

Podemos y debemos elevémonos por fe hasta la presencia de Dios, para que las dificultades y desalientos de la vida no nos impidan volar alto. Él es nuestra única vía de escape. Circunstancias adversas nos rodean, pero Dios es más grande que las circunstancias. Di, como el Salmista: «Bendeciré al Señor con toda mi alma. [...] Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades, quien libra mi vida del sepulcro, quien me colma de favores y misericordias, quien me satisface con todo lo mejor y me rejuvenece como un águila» (Sal. 103:1-5). Dios te bendiga, te guarde bajo sus alas divinas y te proteja de todo mal en este lindo día.