LAS PROFECÍAS DE DANIEL Y DE APOCALIPSIS

 

«Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia aumentará» (Daniel 12:4) «Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca (Apoc. 1:3). Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca» (Apocalipsis 22:10).

 

Saludos a todos mis hermanos, amigos y colegas. Hoy quiero, con la ayuda de Dios, exponer ante ustedes el cumplimiento de la historia del mundo a través de las profecías de Daniel y Apocalipsis. Te invito para que conozcas la verdadera historia de la Iglesia de Cristo a través del tiempo, y de esta manera te prepares para la inminente venida del Gran Rey del Universo, Cristo Jesús. Está conmigo. Aquí vamos.

 

Hace algunos años, hablar del fin del mundo era un tema casi exclusivamente religioso. Parecía que los sermones de líderes espirituales acerca del futuro eran demasiado catastróficos, infaustos y negativos ante los discursos progresistas y vanguardistas de los sectores científicos de la sociedad. Hoy en día medio mundo habla de las profecías por el cumplimiento del tiempo del fin, y más, por la pandemia en que estamos pasando como un cumplimiento de lo que predijo Cristo Jesús en Mateo 24:6-8, que dice: “Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca;… y habrá PESTES, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”. Y es cierto, por dondequiera se habla de la peste del Coronavirus y porque nos tienen encerrados, y en estos tiempos no se cultivó la tierra, se va a escasear el alimento. Por lo tanto, las noticias en TV, los periódicos, las revistas, las redes sociales, etc. nos hablan de esto como el pan de cada día ¿Qué tanta veracidad tienen en hablar de todo lo que está pasando? La tienen porque, aunque muchos no conocen las profecías de Daniel y Apocalipsis, están narrando todo su cumplimiento en la historia. Sin embargo, actualmente son los ambientalistas, los ecologistas e investigadores científicos quienes están seriamente preocupados por el calentamiento global y el cambio climático del planeta, el cual ha provocado que hoy padezcamos cada vez más huracanes -y más agresivos- así como más terremotos. A eso hay que agregar las asfixiantes crisis económicas en diversas partes del mundo, así como la amenaza de estallidos sociales que eso puede provocar. Son tiempos de una enorme intranquilidad social, como predijo la Biblia, un escenario de "angustia de las gentes" previo a la venida de Jesús a este mundo (Luc. 21:25). 

 

Los libros, de Daniel en el Antiguo Testamento, y Apocalipsis en el Nuevo Testamento, son dos libros proféticos que deben ser estudiados en los tiempos finales. Daniel fue un libro escrito durante la cautividad de los Hebreos por 70 años en Babilonia, Imperio que reinó del 605 al 538 a. C. y tuvo un cumplimiento literal en los tiempos de Daniel y los Hebreos, pero también tiene un cumplimiento profético para nosotros que vivimos en el tiempo del fin. Al final de la inspiración de este libro, Dios le dijo: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4). Y Daniel escribió: “Y yo oí, mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas cosas? El respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin” (Daniel 12:8-9). Quiere decir que el libro de Daniel estaba cerrado y sellado hasta el tiempo del fin, es decir, hasta nuestros tiempos se iba a entender. Mientras que Apocalipsis fue un libro revelado desde los tiempos del apóstol Juan, quien por inspiración lo escribió estando en la Isla de Patmos en el año 95. Por eso Dios le dijo: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas…(Apoc. 1:3). Y al final de la inspiración de este libro Dios le dijo: “No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca» (Apocalipsis 22:10). Entonces a diferencia del libro de Daniel, el libro del Apocalipsis está revelado; de ahí de su nombre “revelación de Jesucristo” que aparece en el inicio del mismo. Y ahora podemos entender todos los secretos guardados para el tiempo del fin.

 

En efecto, la expresión "tiempo del fin", aparece nueve veces en el libro del profeta Daniel. Y hasta el siglo XVIII, la parte de este libro relativa a los acontecimientos finales había sido considerada como oculta, secreta, incomprensible, pero en el siglo XIX, el tiempo del cumplimiento de lo profetizado estaba cerca y el libro debía ser estudiado y revelar los secretos tan celosamente guardados. Dicen las Escrituras: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas” (Mateo 24:29). El cumplimiento de estas señales definió el inicio del tiempo del fin de la siguiente manera: a) El gran terremoto de Lisboa, el 10 de noviembre del 1755 (Enciclopedia Británica, art. Lisboa. Ed. 1831); b) El oscurecimiento del sol y la luna roja como sangre, el 19 de mayo del 1780; c) La caída de estrellas, el 13 de noviembre del 1833 (Conflicto de los Siglos, pp. 350-351). Y la cautividad del papa Pío VI a Francia, el 20 de febrero del 1798, por el Gral. Alejandro Berthier, en el tiempo de la revolución francesa (Nueva Enciclopedia Católica, Tomo 6, p. 191). Todos estos eventos marcaron el inicio, cumplimiento y revelación de las profecías del libro de Daniel y Apocalipsis. 

 

Elena de White escribe: "El apóstol Pablo advirtió a la iglesia que no debía esperar la venida de Cristo en tiempo de él. "Ese día -dijo- no puede venir, sin que" haya venido "primero la apostasía," y sin que haya sido "revelado el hombre de pecado." (2 Tesalonicenses 2: 3, V.M.) Sólo después que se haya producido la gran apostasía y se haya cumplido el largo período del reino del "hombre de pecado," podemos esperar el advenimiento de nuestro Señor. El "hombre de pecado," que también es llamado "misterio de iniquidad," "hijo de perdición" y "el inicuo," representa al papado, el cual, como está predicho en las profecías, conservaría su supremacía durante 1.260 años. Este período terminó en 1798. La venida del Señor no podía verificarse antes de dicha fecha. San Pablo abarca con su aviso toda la dispensación cristiana hasta el año 1798. Sólo después de esta fecha debía ser proclamado el mensaje de la segunda venida de Cristo… Pero desde 1798 el libro de Daniel ha sido desellado, la ciencia de las profecías ha aumentado y muchos han proclamado el solemne mensaje del juicio cercano.” (Conflicto de los Siglos, p. 405). 

 

Los anuncios del libro de Daniel y Apocalipsis son una providencia especialmente revelada para el pueblo de Dios del tiempo del fin. Ellos nos marcan el camino que debemos seguir y el mensaje del juicio que debemos predicar; nos dan fe y seguridad en la dirección profética de Dios; nos advierten y preparan para el gran reencuentro con nuestro Salvador. Nos recuerdan que hay un Dios en los cielos invitándonos a estar pendientes del reloj profético, recordándonos que ha llegado el momento de estudiar las profecías que anuncian el fin de este mundo. 

 

Te invito para que iniciemos este año con el estudio de las profecías del Apocalipsis, la historia de las siete Iglesias y los siete sellos. Por lo que, te invito a orar todos los días, arrepentirnos de nuestros pecados y pedir perdón a Dios en el nombre de Jesús, y estar preparados espiritualmente leyendo las Sagradas Escrituras porque no sabemos cuándo habremos de entregar cuentas al Creador. Nuestro próximo tema: el Primer Sello del Apocalipsis. Dios nos ayuda a enfrentar este año y salir victoriosos.