JESÚS, EL MEDIADOR DEL NUEVO PACTO                                   «He aquí vienen días —afirma el Señor— en que haré un NUEVO PACTO con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá. No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo —afirma el Señor—. Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el Señor—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados» (Jeremías 31:31-34). 

 

Buenos días amigos, hermanos, colegas y maestros, les invito de todo corazón para que tomen un tiempo y lean con calma este mansaje de esperanza. Dios les dé sabiduría y les ayude a entender.

 

En nuestros temas pasados hemos visto que Dios hizo un pacto con el pueblo de Israel de antaño, los DIEZ MANDAMIENTOS, y que LA SEÑAL DE ESE PACTO era el SÁBADO, que era una SEÑAL entre DIOS y su pueblo, y que, a diferencia de los diez Mandamientos, el SÁBADO fue puesto desde la Creación del hombre en el Jardín del Edén (Génesis 2:1-3). También que el Israel Espiritual e hijos de Abraham son todos aquellos que son bautizados en Cristo Jesús y que delante de Dios, ya no diferencia entre el Judío, el Griego, u cualquier otra nación sino somos todos UNO en Cristo y herederos según la promesa (Gálatas 3:26-29); y también aclaramos que el sábado no era para los judíos, ni fue clavado en la cruz, y que el guardar el domingo en honor a la resurrección de Jesús, no tenía ninguna evidencia bíblica porque la Iglesia Cristiana del tiempo de los apóstoles siguieron guardando el día sábado como día de adoración celestial aun después de la resurrección (Hechos 13:42-44, 16:13, 17:2-3 y 18:4). Pero ¿QUÉ SIGNIFICA NUEVO PACTO? ¿Qué diferencia hay entre el Antiguo Pacto y el Nuevo Pacto? 

 

¿Qué características tenía el ANTIGUO PACTO?

1) El Antiguo Pacto fue dado en el Monte Sinaí y fue escrito en Tablas de Piedra. Dice la Escritura: “Y el Señor dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, LOS DIEZ MANDAMIENTOS” (Éxodo 34:27-28). “Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios” (Éxodo 31:18). “Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos. Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros? (Deuteronomio 4:6-8). “Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, más a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. Y él os anunció SU PACTO, el cual os mandó poner por obra; LOS DIEZ MANDAMIENTOS, y los escribió en dos tablas de piedra” (Deuteronomio 4:12-13). 

2) El Antiguo Pacto requerían de un SANTUARIO donde se pudieran realizar los sacrificios como la paga del pecado al transgredir la Ley. Y por eso Dios le dijo a Israel a través de Moisés: “Después me harán un santuario, para que yo habite entre ustedes”… Mira y haz todo conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte” (Éxodo 25:8, 40). Así que, se hizo un Santuario con tres partes principales: A) El Atrio, que contenía el Altar de los sacrificios y el Lavacro. B) El Lugar Santo, que contenía el Candelabro de los siete brazos, la Mesa de los Panes de la Proposición y el Altar del Incienso. C) El Lugar Santísimo, que contenía el Arca del Pacto, donde estaban guardadas las Dos Tablas de los Diez Mandamientos y la Vara de Aarón que reverdeció. 

3) El Antiguo Pacto tenía leyes ceremoniales y requerían hacer SACRIFICIOS por el pecado del pueblo al transgredir la Ley de Dios. Y esos sacrificios eran dos corderos diarios, uno por la mañana y otro, por la tarde; lo que le llamaban el sacrificio continuo (Números 28:2-4). Junto con las fiestas anuales, en las cuales se ofrecían sacrificios de corderos, carneros, machos cabríos y becerros. Entre ellas estaban: 1) La fiesta de la Pascua (Levítico 23:5). 2) Los panes sin levadura (23:6-8). 3) Las primicias o gavilla mecida (23:10-14). 4) La fiesta del Pentecostés (Levítico 23:15-21). 5) La fiesta de las Trompetas (Levítico 23:24-25). 6) La fiesta del día de la Expiación (Levítico 23:27-31). Y, 7) La fiesta de los Tabernáculos (Levítico 23:34-36). De todas estas fiestas, la Pascua fue Jesús (1ª Corintios 5:7). Los Panes sin Levadura representaron a Jesús como el Pan de vida (Juan 6:35). La Gavilla o Primicias representaron la resurrección de Jesús y los primeros resucitados por Cristo Jesús como las primicias o primeros frutos (Mateo 27:50-53) y símbolo de la gran resurrección en el tiempo de su venida. La Fiesta del Pentecostés se cumplió con la venida del Espíritu Santo e inicio de la Iglesia Cristiana (Hechos 2). Y las otras fiestas tienen un cumplimiento profético, como la Fiesta de las Trompetas que, en el tiempo del fin, anuncian el juicio divino, la caída de Babilonia y la amonestación contra la adoración de la bestia y su imagen, en el Mensaje de los Tres Ángeles (Apocalipsis 14:6-13). 

 

¿Y el NUEVO PACTO? Dice la Escritura: “Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá UN NUEVO PACTO; No como el pacto que hice con sus padres. El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel. Después de aquellos días, dice el Señor: PONDRÉ MIS LEYES EN LA MENTE DE ELLOS, Y SOBRE SU CORAZÓN LAS ESCRIBIRÉ; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias. Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (Hebreos 8:8-12).

 

¿Qué características tiene el NUEVO PACTO? 

1) En el NUEVO PACTO, la Ley de los DIEZ MANDAMIENTOS es la misma pero ESCRITA en la MENTE y en el CORAZÓN, ya no en Tablas de Piedra para que ser observada de forma exterior sino de forma interior. Por eso cuando Cristo Jesús estuvo en la tierra dijo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). “Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” (Juan 15:10). Cristo Jesús guardó todos los mandamientos de la Ley de Dios, su Padre: 1º) No tenía otros dioses ajenos delante del Padre, más que a Él, a quien día con día buscaba. 2º) Nunca se hizo imágenes de Dios ni las adoró. 3º) Nunca tomó el nombre de Dios, su Padre en vano, siempre dijo la verdad. 4º) Guardó siempre el sábado como día de adoración con sus discípulos, de acuerdo a un “Escrito Está” (Lucas 4:16, Marcos 1:21 y 6:2). 5º) Siempre honró a sus padres terrenales, José y María, y al Padre Celestial, obedeciéndoles desde pequeño porque fue instruido por ellos para obedecer las Escrituras. 6º) Cristo Jesús nunca mató, al contrario, siempre sanó y les dio la vida a dos personas y sanó a miles de ellas… 9º) Cristo nunca dijo Mentiras sino siempre la verdad. Etc. Y de esta manera explicó cómo se deben de guardar los mandamientos diciendo: “Oísteis que fue dicho en los antiguos: No matarás, y cualquiera que matare es culpable. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano es culpable. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:21-24). “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:27-28).

 

2) En el NUEVO PACTO ya no se requiere un Santuario Terrenal sino un SANTUARIO CELESTIAL. En la tierra, de acuerdo a las Escrituras todos los que aceptan a Cristo Jesús son Templo del Espíritu Santo y Dios mora en ellos. Dice la Escritura: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1ª Corintios 6:19-20). Además de esto, las Escrituras mencionan que en cierta ocasión Jesús entró al templo de Jerusalén y vio que la casa de Dios era como un mercado y no casa de oración y echó fuera a todos: “y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo” (Juan 2:14-21). A partir del tercer día, después de su resurrección, sus seguidores creerían en él y ahora la morada de Dios ya no iba a estar en el Templo de Jerusalén sino en cada persona. 

El Templo de Jerusalén de los tiempos de Jesús y sus discípulos fue destruido en el año 70 de nuestra era como lo predijo Jesús (Mateo 24:1-2) y ya no se halló más templo (Ver: El Destino de un Mundo Predicho. Conflicto de los Siglos. https://youtu.be/vzY-XXq6cF4). 

 

Jesús ahora se encuentra en el Santuario Celestial ministrando en nuestro favor. Dicen Las Escrituras: “Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre”…“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas” (Hebreos 8:1-2, 6). “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios” (Hebreos 9:24). Por eso, Jesús es el Fiador y Mediador del Nuevo Pacto (Hebreos 7:22). Por lo que, pongamos nuestros ojos en Cristo Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2) y tengamos la confianza de que hay un Amigo que Intercede por nosotros (Romanos 8:34), que Medía por nosotros (1ª Timoteo 2:5), y que Aboga por nosotros (1ª Juan 2:1). Y que finalmente, vendrá como Juez de vivos y muertos para darnos la recompensa de la vida eterna.

 

3) En el NUEVO PACTO ya no se requieren SACRIFICIOS ni un santuario terrenal porque Cristo Jesús fue el sacrificio perfecto para el PERDÓN de los pecados tanto del Israel literal como el Israel espiritual. Jesús murió como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29). Y es el Único sacrificio aceptado ante el Padre para ser perdonados y borrados todos nuestros pecados. Dice la Escritura: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:16-19). “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios” (Hebreos 10:10-12). 

 

Conclusión: En el Antiguo Pacto, la Ley estaba escrita en Tablas de Piedra y se requería un santuario para hacer los sacrificios y de esta manera derramar sangre para la expiación del pecado; en el Nuevo Pacto, la Ley está escrita en las tablas de tu corazón, y Jesús es el Cordero que ofrece todos los días su sangre para expiar tus pecados y los míos porque sin derramamiento de sangre no hay perdón, y se encuentra en el santuario celestial. ¿Te gustaría aceptar a Jesús y guardar su Nuevo Pacto, guardando sus mandamientos en tu corazón y ser parte del pueblo del Pacto? Dios te bendiga y te guarde bajo tus Alas divinas y bajo su Abrigo. Bendiga tu familia y todas tus actividades en este día.