LA ARMADURA DE DIOS

 

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis  resistir  en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:13).

 

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos (Efesio 6:12-18).

Todos estamos inmiscuidos e involucrados en una guerra espiritual diariamente por la naturaleza que tenemos, una naturaleza que hemos heredado de los primeros padres, Adán  y Eva, después de su caída.  Pensando acerca del conflicto, Pablo escribe a sus hermanos de Éfeso exhortándoles a "ser fuertes", no débiles, no vacilantes, llevados y traídos como las olas del mar. Pero, ¿en qué debían fortalecerse? ¿En su propio poder? No. "Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza"(Efesios 6:10). En Jesús. Fue el apóstol Pablo quien por inspiración divina escribió estas palabras, estando en la cárcel en sus últimos días de vida; y viendo la forma de cómo se protegía un soldado romano se inspiró para alentarnos en la protección divina.  ¿Qué es la armadura de Dios? “En cada alma luchan activamente dos poderes en procura de la victoria. La incredulidad ordena sus fuerzas, guiada por Satanás, para separarnos de la Fuente de nuestra fortaleza. La fe ordena las suyas, dirigidas por Cristo, el Autor y Consumador de nuestra fe. El conflicto continúa hora a hora ante la vista del universo celestial. Esta es una batalla cuerpo a cuerpo, y el gran interrogante es: ¿Quién obtendrá el dominio? Cada uno debe decidir por sí mismo este asunto. Todos deben tomar parte en esta lucha, peleando en un bando o en el otro. En este conflicto no hay tregua . . . Se nos urge a prepararnos para esta acción” (Elena de White. Instructor de Jóvenes, 10-1-1901).

 

Todo cristiano necesita saber cómo hacerle frente al mal. Dios nos da instrucciones detalladas para hacerlo.

1. “Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo. La batalla que libramos no es contra gente de carne y sangre, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes! Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes” (Efesios 6:11-13, NVI).

2. El cinturón (de la verdad): “Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de justicia” (Efesios 6:14). El cinturón de la verdad comprende dos sitios: nuestros corazones y nuestras mentes. Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida…(Juan 14:6). Jesús es la verdad, comprométete a caminar diariamente en la luz de la verdad de Dios: “Enséñame, Señor, tu camino para que camine yo en tu verdad” (Salmos 86:11).

3. La coraza (de la justicia): “Revestidos con la coraza de justicia” (Efesios 6:14). Un soldado que tiene puesta la coraza se adentra en la batalla confiado y con valentía. El diablo está constantemente atacándonos con mentiras, acusaciones y haciéndonos recordar nuestros pecados pasados. Sin la coraza de la justicia, estos traspasarían hasta llegar a tu corazón. Tienes que estar seguro de tu identidad, al aceptar a Cristo en tu corazón tienes una identidad: La Biblia dice: “Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, Dios les dio potestad de ser hijos de Dios” (Juan 1:12). Acércate confiadamente a su presencia (Hebreos 4:16). Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él ( 2 Corintios 5:21).

4. El calzado (de la paz y preparación): “Y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz” (Efesios 6:15). Como también dice su palabra: !!Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: !!Tu Dios reina! (Isaías 52:7). “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:15). El calzado nos permite pararnos con firmeza y pisar con libertad, sin temor, mientras nos enfocamos de lleno en la batalla en nuestras manos. El calzado que Dios nos da nos impulsa hacia delante para proclamar la paz verdadera, la cual solo existe en Cristo. Prepárate para seguir al Señor en toda circunstancia.

5. El escudo (de la fe): “Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno” (Efesios 6:16). El escudo no solo nos protege el cuerpo, sino también nuestra armadura. El escudo de la fe tiene una función específica, sobre la cual la Biblia es muy clara: apagar todas las flechas encendidas del maligno. No alguna, sino todas. El escudo es símbolo de la protección divina. “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31). “El que habita al abrigo del altísimo. Morará bajo la sombra del omnipotente… Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y valuarte es su verdad” (Salmos 91:1,4).

6. El casco o yelmo (de salvación): “Tomen el casco de salvación” (Efesios 6:17). El objetivo de Satanás: tu mente. Las armas de Satanás: sus mentiras, malos pensamientos, la lascivia, etc. El enemigo quiere hacernos dudar de Dios y de nuestra salvación. El casco protege nuestras mentes para que no dudemos de la verdad de la obra de salvación de Dios en nosotros. “Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación” (1ª Tesalonicenses 5:8). 

7. La espada (del Espíritu): tomen “la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios” (Efesios 6:17). “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). La espada es la única arma de ataque en la armadura, pero también es un arma de defensa. Los callejones sin salida, los problemas de la vida, las pruebas, el desánimo, los argumentos y pensamientos son las armas que el enemigo usa en contra nuestra. Con la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, tenemos todo lo necesario para lidiar con todas ella. Necesitamos confiar en la verdad de la Palabra de Dios. Tener confianza en el valor de su Palabra, y tener hambre y sed de ella (Mateo 5:6).

8. Oración. “Oren en el Espíritu en todo momento con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos” (Efesios 6:18). La Biblia también menciona: “Orad sin cesar” (1ª Tesalonicenses 5:17). “Todo lo que pidiereis al Padre en oración creyendo lo recibiréis” (Mateo 21:22). “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá” (Mateo 7:7-8). Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará” (Salmos 37:4-5).

Podemos orar de la siguiente manera: "Señor, hoy quiero que sea la gracia de Cristo la que cobije mi vida, su gloria me rodeé y me guardes en el hueco de tu mano para vencer. Te entrego mi vida, mi corazón. Bendice a mis hijos, mi familia, mis amigos, y todos los que se crucen en mi camino.  Gracias porque siempre peleas de nuestro lado y nos ayudas a salir victoriosos. Creemos que tu poder nos protege y que Jesús, el Dios todopoderoso, es nuestro Capitán que va al frente de nuestras vidas y gana siempre las victorias. Te agradecemos por tu perdón, tu paz y tu bendición en este día. También Padre pedimos por los enfermos de covid19, cáncer, etc. y que tu mano todopoderosa pose sobre ellos y conforme a tu voluntad puedan ser sanados. En el Nombre de Jesús. Amén.